Éste cambio esencial en el modo de canalizar la capacidad de innovación y creación de valor que tienen las empresas, la oleada de colaboración masiva ofrece enormes oportunidades. Las empresas pueden salir de sus cuatro paredes para sembrar las semillas de la innovación y recoger una abundante cosecha. De hecho, las empresas que entablan unas relaciones ágiles y basadas en la confianza con colaboradores externos están bien posicionadas para construir unos ecosistemas empresariales muy activos que crean valor con mayor eficacia que las empresas organizadas jerárquicamente.
Esta nueva forma de innovación y creación de valor se denomina producción entre iguales y describe lo que ocurre cuando masas de personas y empresas colaboran abiertamente para potenciar la innovación y el crecimiento en sus sectores. En su forma más pura, constituye una manera de producir bienes y servicios basada completamente en la autoorganización y en comunidades igualitarias de individuos que se unen de forma voluntaria para producir un resultado compartido. En realidad, la producción entre iguales combina elementos de jerarquía y autoorganización, y se fundamenta en principios meritocraticos de organización; en otras palabras, los miembros más cualificados y con más experiencia asumen el liderazgo y ayudan a integrar las aportaciones de la comunidad.
En muchas comunidades de producción entre iguales, las actividades productivas son voluntarias y no reportan beneficios monetarios. Son voluntarias en el sentido de que las personas hacen contribuciones a esas comunidades porque quieren y porque pueden. Nadie ordena a un trabajador que publique un artículo en Wikipedia o que aporte código al sistema operativo Linux. No reportan beneficios monetarios porque la mayoría de los participantes no se les paga por las contribuciones que hacen (al menos, no en forma directa) y los individuos determinan si quieren producir, qué producen y qué cantidad quieren producir. Sin embargo, que la gente no reciba un dinero por participar en producción entre iguales no implica que no se beneficien de otras maneras.
Por lo pronto, la producción entre iguales aprovecha motivaciones voluntarias de una manera que propicia la asignación de la persona adecuada a la tarea adecuada con mayor eficacia que las empresas tradicionales. La razón es la auto selección.
Las personas participan en comunidades de producción entre iguales por una amplia variedad de motivos intrínsecos y de interés propio, ya sea por diversión, altruismo, obtener status dentro de la comunidad para aspirar crecimiento profesional, etc etc.
Este tipo de producción funciona cuando se cumplen tres condiciones mínimas:
- El objeto de la producción es información o cultura, una circunstancia que mantiene a un nivel bajo el coste de participación para las personas que contribuyen,
- las tareas pueden descomponerse en porciones reducidas que los individuos pueden aportar con pequeños incrementos y con independencia de los demás productores (a saber, entradas de una enciclopedia o componentes de un programa informático) y
- el coste de combinar esas porciones para obtener un producto final terminado, incluyendo aquí el liderazgo y los mecanismos de control de calidad, debe ser bajo.
Esto es lo que está sucediendo ahora, no sabemos cómo evolucionará, la velocidad y la forma que tomará. De seguro, aportará muchos beneficios para todos y no será una bala de plata universal.
(Nota: Varias partes han sido tomadas del libro Wikinomics de Don Tapscott)
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