La náutica nos enseña a tener un plan B alternativo para las emergencias/crisis, que tenemos en la travesía, se pierde gente en la empresa, se pierden hombres en la travesía, alguien debe cubrir ese rol, cómo se hacen las rotaciones de responsabilidades y cuál es la capacidad de adaptación a los rápidos cambios del mercado.
La náutica es a veces una dura experiencia, por el frío, por el esfuerzo y por la demanda física que esta representa los días de mucho viento, al igual que cualquier semana en la empresa, donde las presiones, los objetivos, nos ponen en un stress extremo que debemos saber manejar.
Las comunicaciones son claves durante la travesía, un orden dada o interpretada de manera incorrecta, implica dar vuelta el velero o que alguien reciba la botavara en su cabeza ante un giro inadecuado o sin la comunicación debida, nada diferente a lo que ocurre en las empresas.
El desarrollo de habilidades, conocimientos y destrezas y es otra de las características de la náutica, algunos se adaptan y difrutan del movimiento permanente del velero, otros sucumben y se descomponen sin poder manejar esa sensación de náuseas.
Es igual la actitud de las personas en la empresa…? Sin duda que no, y en un día de navegación salen a la luz esas actitudes, de manera espontánea y muy visibles en una tripulación de 8 personas.
Los resultados de un día de trabajo dan mucho para redactar, el outdoor, sólo fue el comienzo para detectar y hacer el diagnóstico de los puntos a trabajar por el equipo evaluado.
Comentario de Alberto Herrera - Link
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